La composición de este tapiz destaca por su grandioso dinamismo urdido por las diagonales cruzadas y por la amplia variedad de planos y gradaciones. En el ángulo superior izquierdo, una altanera estatua de bronce dorado montada sobre un rico pedestal de mármol con aplicaciones de metal; en torno a ella se desarrolla la escena y el tema. Constantino, en tierra, junto a su caballo blanco, con la ley en su mano derecha, ordena destruir su propia efigie. Sus soldados, armados de lanzas y espadas, proceden a derribarla. En el grupo una mujer, leal a sus convicciones paganas, clama llorosa.
La composición de este tapiz destaca por su grandioso dinamismo urdido por las diagonales cruzadas y por la amplia variedad de planos y gradaciones. En el ángulo superior izquierdo, una altanera estatua de bronce dorado montada sobre un rico pedestal de mármol con aplicaciones de metal; en torno a ella se desarrolla la escena y el tema. Constantino, en tierra, junto a su caballo blanco, con la ley en su mano derecha, ordena destruir su propia efigie. Sus soldados, armados de lanzas y espadas, proceden a derribarla. En el grupo una mujer, leal a sus convicciones paganas, clama llorosa.