En el centro de la composición —resuelta con un planteamiento similar a la batalla del puente Milvio— Constantino, sobre un blanco corcel con ricos arneses de seda y oro, recibe las llaves de oro de la ciudad de Roma. Se las ofrece en una magnífica bandeja de plata repujada una hermosa doncella —en primer término izquierda— acompañada de nobles ancianos y otros representantes de la ciudad. Se completa el conjunto con un capitán enarbolando un lábaro, soldados conduciendo presos y cargando con el botín; en lejanía, la larga comitiva militar, carros triunfales…
En el centro de la composición —resuelta con un planteamiento similar a la batalla del puente Milvio— Constantino, sobre un blanco corcel con ricos arneses de seda y oro, recibe las llaves de oro de la ciudad de Roma. Se las ofrece en una magnífica bandeja de plata repujada una hermosa doncella —en primer término izquierda— acompañada de nobles ancianos y otros representantes de la ciudad. Se completa el conjunto con un capitán enarbolando un lábaro, soldados conduciendo presos y cargando con el botín; en lejanía, la larga comitiva militar, carros triunfales…