Cristo de las Penas


En esta capilla —primera de las tres más pequeñas de la girola— está a continuación de la capilla de la Virgen de la Antigua (muro norte) y en ella se encuentra el retablo más antiguo del templo: única muestra de la retablística quinientista conservada en la catedral.

La falta de respaldo documental impide precisar detalles de la autoría, cronología y mecenazgo de este retablo presente en el Inventario de 1590. Este pequeño recinto es también conocido como Capilla del Cristo de las ánimas, debido al gran interés que despertaba —dentro de la devoción popular granadina— como altar privilegiado de ánimas. Como las otras dos capillas más pequeñas de la girola —san Blas, san Sebastián— no está identificada en la cartela externa y los tondos laterales están sin decorar.

ARQUITECTURA DEL RETABLO

La sencillez estructural de la arquitectura de este retablo cuadra con el manierismo granadino de transición entre los siglos XVI y XVII. En el centro del banco dos figuras tenantes, con rojos ropajes, recostadas y en sus extremos escudos con duros enrollamientos. Sobre el banco un único cuerpo flanqueado por dos columnas corintias rematadas por dados —decorados con cabezas de angelitos— que encuadran, junto con el arco rebajado, el Calvario: Jesús crucificado con María y Juan evangelista al pie de la cruz evocando la escena evangélica (Jn 19,25-27); es obra del XVI muy repintada en el XVIII.

PROGRAMA ICONOGRÁFICO

El tema predominante en esta capilla es el de la pasión enlazando dos momentos de la historia personal de Jesús: crucificado y yacente. En la decoración del resto de la capilla se reitera el tema pasionista con un par de óleos lienzos anónimos del XVII: El Nazareno y La coronación de espinas o Ecce Homo. Completan este programa pasionista dos pequeñas estatuas colocadas en los laterales sobre repisas de madera que soportan arcos de medio punto: Virgen de la Guía, escultura del arte alemán del siglo XV y San Juan Bautista, del arte granadino próximo a Risueño, del XVIII: la madre y el predecesor.

En la caja central del ático el grupo escultórico Llanto sobre Cristo muerto: el cuerpo yacente de Jesús venerado por María, en el centro, y, a sus lados, Nicodemo (Jn 3,1-21; 7,50; 19,39-42) y José de Arimatea (Mt 27,57-61; Lc 23,50-56); la escena se completa con María Magdalena (Lc 8,2; Mt 27,57; Mc 15.47; Jn 19,25) y María Cleofás, ambas de perfil y en actitud orante, sobre los arranques del frontón. En el tímpano busto de Dios Padre creador bendiciendo: «Yo, Yahvé, hacedor de todo. Yo, solo, despliego los cielos. Yo, sin ayuda, afirmo la tierra.» (Is 44,24).

COMPLEMENTOS MOBILIARIOS

Dos sencillas lámparas laterales de tres cadenetas, una lámpara central igualmente sencilla, cuatro pequeñas cornucopias y una credencia empotrada del lado de la epístola en mármol negro veteado en blanco completan la ornamentación de esta austera capilla.

LA MEDIA REJA

Toda la rejería catedralicia presenta una gran unidad estilística; las rejas, más precisamente medias rejas, son de hierro, carecen de solera y están formadas por balaustres sencillos separados por cuatro cuadrados en los casos de las más anchas para la diferenciación de las calles. Todas estas rejas para el mayor adorno de la primorosa fábrica dispone de sus correspondientes cerrojos, cerraduras y llaves.

La media reja de esta capilla es de dos hojas; sólo mide los 3,18 m de largo de la embocadura de la capilla y su altura alcanza los 2,04 m en sus puntas más largas.