Santa Ana


En las Actas capitulares del cabildo granadino —del día 29 de mayo de 1615— se autoriza la colocación de este retablo (fecha de ejecución en torno a 1615-1616) situándolo en una de las capillas de la girola, la más próxima a la puerta del Ecce homo, que tiene salida al exterior.

Este retablo fue ofrecido por el gremio granadino de los roperos (= sastres); su traza y ensambladura se debe al retablista y escultor Gaspar Guerrero (fl. 1615-1624) y su viva policromía se vincula con el taller de Pedro de Raxis (1555-1626).

Debajo del pavimento de esta capilla hay una bóveda construida para enterramiento de los arzobispos y que fue utilizada durante algún tiempo como aljibe.

ARQUITECTURA DEL RETABLO

Nos encontramos ante un trazado proporcionado y equilibrado, propio del primer barroco. Arranca del conjunto de la mesa de altar —flanqueada por sendos leones coronados y rampantes— como elemento generador y soporte de todo el conjunto formado por tres calles y dos cuerpos rematados por un ático. Junto a elementos clásicos (triglifo, mensulón) descUbrimos algunas novedades como las cariátides del segundo cuerpo o el frontón partido de la calle central.

Este retablo central está flanqueado por dos sencillos altares adyacentes dedicados a los fundadores de la orden trinitaria.

PROGRAMA ICONOGRÁFICO

El programa iconográfico de este retablo barroco desarrolla, una vez más, el tema mariano. Se desarrolla sobre tablas pintadas al óleo a excepción de la escultura centraL sobre la madre de María: Santa Ana triple, obra de Diego Pesquera (†1593).

Es una talla ricamente policromada, sedente sobre amplio sillón, que sostiene en sus brazos a María, quien, a su vez, tiene al Niño Jesús, que se miran entre sí. Ocupa el nicho central del retablo decorado con pinturas de cabecitas de ángeles.

Las pinturas —a excepción de los cuatro evangelistas al pie de las calles externas— ofrecen un breve ciclo sobre la vida de la Virgen (Nacimiento, Presentación, Coronación) completado con diversas escenas de la vida de sus padres: Ofrecimiento anual en el templo y Abrazo de san Joaquín y santa Ana ante la puerta dorada. Este conjunto de cinco óleos sobre tabla es obra de Pedro Raxis (1555-1626). Prosigue el programa mariano con tres lienzos y un grupo escultórico. Los lienzos son: Virgen del Pòpolo, Virgen con el Niño, Inmaculada Concepción trazada con gran énfasis dinámico, probablemente de Juan de Sevilla (1643-1695). El grupo escultórico, del círculo de Pablo de Rojas (1560-1607), representa a Santa Ana, María y el Niño.

En el resto del contenido iconográfico de esta capilla se apuntan temas hagiográficos desarrollados en otros espacios catedralicios. Así, el tema de la antigüedad de la comunidad cristiana en Granada con el óleo sobre lienzo del primer papa: San Pedro y con la talla en madera del primer obispo de Illíberis —San Cecilio— según antigua y venerable tradición.

Prosigue el programa iconográfico de esta capilla con el repetido tema de los santos fundadores. Nos encontramos con la presencia de los dos fundadores de los trinitarios, orden dedicada al rescate de los cristianos cautivos de los musulmanes: Visión de san Félix de Valois (h. 1127-1212) con una juvenil y estilizada imagen de María y Aparición de la Virgen a san Juan de Mata (1160-1213); ambos cuadros son óleos sobre lienzo de uno de los disícipulos de Alonso Cano, Bocanegra (1638-1689).

El segundo de ellos, firmado en 1674, está considerado como una de las mejores pinturas de Bocanegra. El tema de los fundadores concluye con el lienzo de Santo Domingo de Guzmán (1170-1221).

Concluye el programa iconográfico con el tema de los santos reformadores —estamos en el ambiente reforma y contrarreforma— promotores del retorno a las fuentes cristianas: San Francisco de Paula (h. 1416-1507), fundador de los Mínimos, y San Pedro de Alcántara (1499-1562), decidido favorecedor de la reforma de santa Teresa de Jesús.

LA MEDIA REJA

Toda la rejería catedralicia presenta una gran unidad estilística; las rejas, más precisamente medias rejas, son de hierro, carecen de solera y están formadas por balaustres sencillos separados por cuatro cuadrados en los casos de las más anchas para la diferenciación de las calles. Todas estas rejas para el mayor adorno de la primorosa fábrica disponen de sus correspondientes cerrojos, cerraduras y llaves.

La reja de esta capilla tiene cinco calles y un solo cuerpo; su altura máxima en puntas es de 2,09 m y tiene 7,02 m de largo. Un óculo de motivos geométricos igual al de las otras capillas más grandes de la girola (santa Lucía, santa Teresa, san Cecilio) proporciona algo de iluminación natural al recinto.