Santa Lucia


La capilla de santa Lucía (antes, Jesús a la Columna) es la segunda de la girola del lado del evangelio. En la actualidad está alhajada con tres retablos: el central presidido por la titular y dos menores en los laterales dedicados a san Francisco de Borja y san Luis Gonzaga.

El retablo central, obra de Gaspar Guerrero, entre 1620 y 1624, pertenece estilísticamente al primer barroco y es contemporáneo de los vecinos retablos de santa Ana y santa Teresa en la misma girola. Estos dos últimos fueron ejecutados en la séptima década del XVIII y en un momento estético de transición entre el barroco y el rococó. Una buena capilla para observar en el templo metropolitano dos momentos —primero y postrero, más de una centuria— de la retablística barroca. Su cartela manierista y los tondos exteriores permanecen en blanco.

EL RETABLO DE SANTA LUCÍA

El propósito arquitectónico del retablo privilegia el módulo de veneración de la imagen presidente; en consecuencia, potencia la calle central con una caja avanzada que retranquea las columnas de fuste sogueado a sus lados. En los tableros laterales de cierre de las calles, ocupadas por esculturas postizas, se aprecia un doble cuerpo de hornacinas.

El arquitrabe, exornado con cabezas angelicales y rameados, inicia la plasticidad del ático, ajustado al espacio disponible: modillones de hojarasca, angelillos portadores de símbolos pasionistas, pirámides rematadas en bolas; en su centro, el relieve del Espíritu santo en caja levísimamente acodada y en el tímpano busto de Dios Padre Creador.

En el contenido iconográfico de este retablo no parece haber un propósito hagiográfico previamente definido ni unitario; destaca la escultura de la titular —obra del granadino Alonso de Mena (1587-1646)santa Lucía de Siracusa (h. 283-h. 304), virgen y mártir con sus símbolos tradicionales (palma del martirio, ojos sobre plato en recuerdo de su suplicio bajo Diocleciano). Una santa cuyo culto se extendió desde la antigüedad a casi toda la Iglesia y su nombre está introducido en el canon romano. Santa Lucía está flanqueada por las estatuas de san Roque, de la escuela de Pablo de Rojas, y de Fernando III, el santo, del estilo de Alonso de Mena. Se completa el contenido iconográfico con el relieve del Espíritu santo, el busto de Dios Creador y dos ángeles de pasión.

LOS RETABLOS LATERALES

Dos retablos hermanos dedicados a santos de la Compañía de Jesús: Francisco de Borja (1510-1572) y Luis Gonzaga (1568-1591). Ambos están construidos por Nicolás Moya y dorados por José de Pino. Se fechan en 1761, en la primera década de la transición entre barroco y rococó. Aunque modestos, tienen un esquema muy simple —cuerpo y calle únicos— con gran limpieza de diseño y animación cromática en oro.

En el remate superior el relieve del jarrón catedralicio de azucenas y menudos vegetales que aporta un cierto énfasis plástico y dinámico al combinarse con la superposición de planos de perfiles quebrados dando lugar al cabecero de un pabellón. Las tallas, donadas por la Compañía de Jesús en 1764, son anónimas siendo repolicromadas sus vestiduras por .

TEMAS ICONOGRÁFICOS COMPLEMENTARIOS

La iconografía de esta capilla se completa con una talla en madera de Jesús atado a la columna, obra del XVI muy restaurada y una de las imágenes más veneradas en los primeros tiempos del culto catedralicio. Además, seis lienzos distribuidos sobre sus muros; cuatro de ellos desarrollan el tema de los santos fundadores, presente y reiterado en otros ámbitos catedralicios. Entre ellos cabe destacar —desde un punto de vista estético— el cuadro de San Juan Bautista, perfecto en su dibujo, probablemente pintura italiana de mediados del XVII del círculo de Aníbal Carracci (1560-1609). Otro de los lienzos reproduce la Crucifixión de san Andrés, escuela de Risueño, tema apostólico.

En los cuatro lienzos restantes distribuidos por los muros de la capilla encontramos santos desde el siglo III al XVI.

El más antiguo de ellos, el longevo San Antonio abad o ermitaño (251-356), —pintura de la escuela granadina— uno de los fundadores de la vida monástica. Le sigue el caballero lego San Pedro Nolasco (†1249), fundador de la orden de la Merced, óleo atribuido a la escuela de Risueño (1665-1732). Ya en el siglo XVI, el simpático y alegre San Felipe Neri (1515-1595), fundador de la Congregación del Oratorio para sacerdotes seculares, igualmente de la escuela granadina y San Francisco Caracciolo (1563-1608), cofundador de los clérigos regulares menores.

ILUMINACIÓN Y LÁMPARAS

El óculo está ornamentado con vidriera moderna de decoración geométrica basada en círculos policromados. Hay en la capilla tres lámparas, dos de ellas con brazos junto al altar principal y la tecera colgante de la bóveda.

LA MEDIA REJA

Toda la rejería catedralicia presenta una gran unidad estilística; las rejas, más precisamente medias rejas, son de hierro, carecen de solera y están formadas por balaustres sencillos separados por cuatro cuadrados en los casos de las más anchas para la diferenciación de las calles. Todas estas rejas para el mayor adorno de la primorosa fábrica dispone de sus correspondientes cerrojos, cerraduras y llaves. La reja de esta capilla es de cinco calles cubriendo 7m de largo y con una altura máxima de 2,04m. Esta reja, costeada por el canónigo Canales, sirvió de modelo para otras de la capillas de la girola a partir de 1717.