1528 – 1576 Siloe & Maeda


Gran parte del siglo XVI —casi cincuenta años— la construccción de la Catedral granadina está dirigida por dos maestros mayores: el burgalés Diego de Siloe (desde 1528 hasta su muerte en 1563) y su discípulo, el cántabro Juan de Maeda (1563 hasta su muerte en 1576), a quien el maestro en su testamento legaría todos sus «trazas e dibuxos».

EL PROYECTO ALBA-SILOE DE 1528

El arzobispo Pedro Ramiro de Alba debió comenzar a revisar —desde su nombramiento el 19 de diciembre de 1526— el proyecto tardogótico del templo catedralicio. Es el cuarto arzobispo de la restaurada diócesis granadina (1526-1528) y, desde muy niño, estuvo al servicio de fray Hernando de Talavera acompañándole a Granada en sus tareas de primer arzobispo de la restaurada diócesis.

Hacia marzo o abril de 1528, comienza la colaboración entre Alba (1526-1528) y Diego de Siloe (1495-1563), quien, a comienzos del mismo año, acepta, con unos ingresos totales de 500 ducados, el nombramiento de arquitecto de dos templos granadinos: san Jerónimo y la Catedral.

A partir de este momento, ambos debieron trabajar con mucha intensidad y en completa armonía durante el poco tiempo de vida —dos años— que le quedaba a Alba. Antes de su muerte, cambiaron totalmente la disposición ceremonial de la capilla mayor, hicieron los nichos para las tumbas imperiales y volvieron a diseñar en estilo romano las trazas de la cabecera y del cuerpo basilical así como las portadas y la fachada principal.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA CABECERA (1528-1563)

Durante sus treinta y cinco años al frente de las obras de la Catedral como maestro mayor, Siloe desarrolla una amplia y diversa actividad. Hace las portadas exteriores del Ecce Homo (1531) y el primer cuerpo —ricamente tallado— de la del Perdón (1536); entre ellas, en 1534, la portada interior de acceso a la antesacristía donde conjuga arquitectura, escultura y carpintería.

Además, concentra Siloe todos sus esfuerzos en la cabecera: cimientos, contrafuertes, cúpula, dando respuesta así a las exigencias simbólicas y estéticas de la nueva catedral «imperial».
En 1541 coloca el primer entablamento de la capilla mayor y en 1552 termina el gran arco triunfal que abre la rotonda a la nave mayor y al crucero principal. En 1560 —el 17 de agosto— se inauguran al culto la capilla mayor y la girola. El 12 de agosto de 1561 decide el cabildo celebrar la primera misa en la rotonda.

En 1566 la estructura arquitectónica de la rotonda estaba dispuesta para colocar las 24 vidrieras que desempeñan un importante papel en el programa iconográfico de la capilla mayor. Las diez superiores están diseñadas por Siloe y realizadas por Juan del Campo (fl 1564, año en el que el artista comienza su programa de vidrieras para la Catedral); las catorce inferiores las hace Teodoro de Holanda (fl 1557) en los Países Bajos, basándose probablemente en dibujos de Siloe.
En el mes de junio de 1557 completa Siloe la cúpula semiesférica con nervaduras. A partir de mayo de 1559 empiezan a llegar las losas blancas y negras para cubrir el suelo de la rotonda. En 1561 quedan definitivamente colocadas las veintidós vidrieras del deambulatorio. El 12 de agosto del mismo año decide el cabildo celebrar la primera misa en la capilla mayor.

El 17 de agosto de 1560 se inauguran oficialmente la capilla mayor y la girola. El 14 de julio de 1561 muestra Siloe al cabildo la maqueta del ciborio original —con claras reminiscencias de la época del cristianismo temprano— para cubrir el altar.

En 1608 describe así Bermúdez de Pedraza este ciborio: En medio desta capilla se leuanta sobre vna grande basa de marmol blanco, y jaspe colorado, con vn anden de varaustes dorados, vn tabernaculo dorado, con quatro colunas Corintias, y sobre ellas quatro arcos; y en las enxutas de cada vno dellos ocho Patriarcas, y en los lados los Sacerdotes de la anciana Ley, relebados de bulto.
Siloe tuvo que sentir gran satisfacción al ver terminadas la cabecera, gran parte del mobiliario y la decoración, antes de su muerte (22.octubre.1563). Deja definidas las líneas maestras de su obra: Capilla mayor, organización general, distribución de los pilares de la basílica, muro exterior con gran parte del programa decorativo de las fachadas, iniciación de la torre y los pedestales que marcan la disposición de la fachada principal.

MAESTRÍA DE MAEDA: 1563-1576

Para continuar las obras el cabildo nombra maestro mayor Juan de Maeda (†26.junio.1576), estrecho colaborador y discípulo de Siloe. Las circunstancias no son favorables: de una parte, la rebelión de los moriscos en 1568 con su deportación causa una crisis económica; de otra, el punto de inflexión de Granada como ciudad de primera línea en los intereses de la Corona.

Entre 1571 y 1575, salvo algunas obras puntuales de mantenimiento, prácticamente no se produce en el templo actividad constructiva importante.

Durante los trece años —incluyendo los cuatro de inactividad— que Maeda es maestro mayor termina el primer cuerpo de la torre; hace la portada de acceso a la estancia del primer piso de la torre (sala capitular primero; hoy, museo catedralicio); concluye el segundo cuerpo de la portada de san Jerónimo y continua la fachada norte hasta la gran portada siloesca del Perdón.

El primer cuerpo de la torre

Este primer cuerpo, construido hacia 1535-1536, es uno de los más claros exponentes de la creatividad artística de Maeda.

Está formado este prumer cuerpo por un gran arco de medio punto sobre un machón en cada esquina. Flanquean dicho arco amplios recuadros lisos moldurados en sus bordes que descargan sobre sus correspondientes estilóbatos retranqueados.

En el friso destacan la presencia de unos originales triglifos —en realidad, ménsulas— de perfil curvo, las metopas con adornos de páteras y bucráneos, la corona con sus correspondientes mútulos y sobre el cimacio cabezas de león y máscaras en las esquinas.

La portada del actual museo catedralicio

Realizada hacia 1564, es la segunda de las grandes intervenciones de Maeda, gran discípulo de Siloe. Consta de dos cuerpos con el admirable grupo escultórico de la Caridad de Diego de Pesquera (documentado en Granada a partir de 1563.) Juan de Maeda muere el 26 de junio de 1576. Su trabajo, fiel a su maestro, respeta su plan: depura la arquitectura, privilegia lo tectónico e introduce nuevos repertorios ornamentales.

Tras su muerte, comienza una crisis de casi ocho años. Su hijo, Asensio de Maeda (1547-1607), renuncia a la maestría; es nombrado Lázaro de Velasco (h 1522-1584) que dimite y, en octubre de 1579, asume el cargo Juan de Orea que fallece al poco tiempo.