Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza


Primera capilla del muro norte (del lado del evangelio), a los pies de la Catedral. Está alhajada —entre 1782 y 1875— con retablo central dedicado a la titular: Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza; retablo lateral a san Antonio de Padua y, enfrente, el mausoleo del arzobispo Jorge y Galbán (1776-1787).

Junto con la capilla opuesta en el muro sur —dedicada al arcángel san Miguel, su titular— son las dos últimas en ser ornamentadas; ambas, como la dedicada a san Cecilio en el centro de la girola, son de estilo neoclásico. Estas dos capillas perimetrales —del Pilar y de san Miguel— son de mecenazgo episcopal con monumentos fúnebres de los arzobispos patrocinadores de su ornamentación.

Esta capilla, realizada entre 1782 y 1785, fue diseñada por el arquitecto Francisco Aguado, tracista de retablos. Su gran relieve central, la figura exenta de san Antonio de Padua, patrón del arzobispo mecenas, los relieves de san Jerónimo y san Isidoro, y la estatua del prelado —orante y arrodillado— son obra de uno de los más destacados escultores del ambiente académico de la época: Juan Adán y Morlán (1741-1816).

ARQUITECTURA DE LOS DOS RETABLOS

En el retablo central de esta capilla —de orden compuesto y roto frontón— predomina el interés tectónico sobre el decorativo. Es su traza obra de Francisco Aguado y está dedicado a La aparición de la Virgen al apóstol Santiago.

Dentro de la sencillez estructural y severidad formal —pares de columnas compuestas y gran frontón triangular coronado por angelillos y rematado con cruz arzobispal— combina piedras policromas: mármol rojo (frontal del altar, fustes, arquitrabe, cornisa y frontón), mármol ocre (medio punto central y friso) y mármol blanco veteado (pilastras y banco). Esta variedad cromática del conjunto se enriquece con el dorado del bronce (capiteles, basas) y con algunos otros detalles decorativos. El sencillo retablo lateral —del lado del evangelio— está dedicado a San Antonio de Padua. Dos columnas jónicas apean frontón triangular dando espacio al titular tallado en mármol blanco; mantiene el mismo juego cromático del retablo central.

En el lateral frontero al retablo lateral —del lado del epístola— el mausoleo con la talla orante del prelado mecenas: Antonio Jorge y Galbán (1776-1787) esculpìda por el escultor Juan Adán (1741-1816), director de la Academia de san Fernando desde 1811.

En el centro del pavimento de la capilla se encuentra la sencilla lápida —oculta por la maqueta del conjunto catedralicio— de la modesta sepultura de Bienvenido Monzón Martín y Puente, arzobispo de Granada (1866-1885), quien, «nacido a la vida y a la luz de la gracia», redacta en latín su propio epitafio «esperando el gran día de la resurrección.»

EL PROGRAMA ICONOGRÁFICO

Es claramente mariano. El monumental y casi monocromo relieve del retablo central La aparición de la Virgen al apóstol Santiago es obra de excepcional calidad, indicado, en mármol de Carrara, del escultor académico Juan Adán y Morlán (1741-1816), autor igualmente d el resto del programa escultórico de esta capilla. En el registro superior del relieve, aparece la Virgen sentada entre nubes y ángeles enfondada en haz de rayos. A su derecha, dos ángeles sostienen la columna o pilar, signo de la presencia de María y afirmación de la fortaleza en la fe, de la seguridad en la esperanza y de la constancia en el amor. La Virgen con su mano izquierda muestra al apóstol Santiago su propia imagen —resaltada por nimbo y rayos policromados en oro— presentada por otro ángel.

En el registro inferior, el altorrelieve de Santiago, admirando la aparición, vestido de peregrino y acompañado, en distintos planos, por sus siete discípulos, uno de ellos plácidamente dormido sobre el suelo. Responde la escena a la tradicional creencia de la predicación de Santiago en España y de san Cecilio en Granada. En el frontón triangular grupo de ángeles: músicos los centrales y portadores de ramo de azucenas y corona de laurel los laterales acompañados de angelillos y cabecitas de angélicas. El tema mariano de la capilla se completa con los acordes de los cuatro relieves de estuco con deprecaciones latinas de la letanía lauretana que en español suenan: Consoladora de los aligidos, Estrella del amanecer, Madre de la dvina gracia y Vaso espiritual. Estos cuatro motivos letánicos —celebración encomiástica de María— se distribuyen dos a dos.

En el mismo muro del retablo central un rostro con la leyenda Consolatrix afflictorum del lado del evangelio; al otro lado, una estrella conlinscripción —bastante deteriorada por la humedad— en la que probablemente se dice Stella maris. La otra pareja de deprecaciones lauretanas están en los muros laterales con angelotes sobre fondo de rayos dorados. Sobre el altar de san Antonio Mater divinæ gratiæ y, enfrente, Vas spirituale.

Completan el programa iconográfico dos altorrelieves en mármol blanco: san Jerónimo (h. 314-419/429) y san Isidoro de Sevilla (560-636). Ambos doctores de la Iglesia, pertenecen a la tradición patrística occidental y trabajaron la Sagrada Escritura. Están sobre pedestales de mármol negro apoyados en cajoneras; encima, losas de mármol blanco con la fórmula latina de la purificación que recitaban los sacerdotes mientas revestían los ornamentos sagrados. Su presencia en se justifica por su gran dedicación a promover el culto mariano.

ALTAR-RETABLO DE SAN ANTONIO DE PADUA

En el retablo lateral —del lado del evangelio— la imagen, en mármol blanco, de San Antonio de Padua con el Niño. La figura exenta del santo, patrón del arzobispo mecenas, está esculpida con gran acierto y perfección. Arquitectónicamente, dos columnas jónicas apean el frontón triangular. Este sencillo retablo juega con el mismo comatismo del altar central; mármoles rojos y ocres y pequeños detalles dorados. La estatua es obra de Adán. Sobre el frontón de este altar aparece una de las cuatrro deprecaciones lauretanas que subrayan el carácter mariano de esta capilla neoclásica: Mater divinæ gratiæ.

MAUSOLEO DEL ARZOBISPO JORGE Y GALBÁN

Dispuesto en el lado de la epístola de la capilla, representa al arzobispo mecenas arrodillado, en actitud orante; sobre el suelo sus insignias episcopales (mitra, cruz patriarcal). El motivo de la mitra se repite en el centro inferior del mausoleo. En este monumento funerario, elevado con elegante y sencillo aparato, destaca el rostro del,prelado demostrando la gran habilidad del escultor Juan Adán como retratista. El mausoleo está construido con mármol blanco de Carrara (Italia) y verde de Sierra Nevada (Granada, España).

En la laude latina de la embocadura se resume la vida de este arzobispo de Granada. Nace en Zaragoza (1777). En 1767 es nombrado obispo de Zamora. En 1776 entra solemnemente en Granada, diócesis que rige, durante diez años, hasta su muerte ocurrida en 1787.

Frente a la laude lápida vertical de mármol blanco amarfilado; en ella se proporcionan detalles varios sobre la obra, dedicación de la capilla (12.octubre.1785) y privilegios concedidos por el papa Pío VI (1775-1799).

LAS VIDRIERAS

Proporcionan luz natural a esta capilla tres huecos para vidrieras cuya decoración no se conserva; rectangulares las laterales (2,18×1,01m y de medio punto la central (3,47×1,90m). Pequeños restos observables en los huecos laterales permiten imaginar vidrieras policromadas con motivos geométricos y, quizá, como las de las vecinas capillas del Carmen y de las Angustias, con tema iconográfico en la central.

LA MEDIA REJA

Toda la rejería catedralicia presenta una gran unidad estilística; las rejas de las capillas y altares perimetrales, más precisamente medias rejas, son de hierro, carecen de solera y están formadas por balaustres sencillos separados por cuatro cuadrados en los casos de las más anchas para la diferenciación de las calles. Todas estas rejas para el mayor adorno de la primorosa fábrica disponen de sus correspondientes cerrojos, cerraduras y llaves.

Cierra y protege esta capilla una sencilla reja de un solo cuerpo coronado con remate de puntas y cinco calles siendo la central practicable mediante puerta de doble hoja. Su altura máxima en puntas es de 1,98 m y su anchura, de muro a muro, de 6,64 m; las calles externas son de 77 cm, de 93 cm las intermedias y de casi tres metros la calle central. El diseño de esta reja es muy parecido al de las otras capillas, al de los altares perimetrales y los colaterales que cierran las naves intermedias.