En Granada y a partir de 1492, la historia del órgano —instrumento musical rey concebido primordialmente para el culto litúrgico— empalma con las tendencias musicales propias del Renacimiento; más concretamente, con el órgano castellano.
Los requerimientos ceremoniales van delimitando la funcionalidad del órgano en el culto: solista, alternante con el canto llano, la polifonía y los ministros o como acompañante de los grupos musicales. Pero, además y aparte del papel jugado por el liturgia en la historia del órgano, los espacios arquitectónicos condicionan su tipología concreta.
La presencia del órgano en la Catedral de Granada conllevó la creación de un núcleo socioeconómico fuerte. Brotaron diferentes profesiones y gremios relacionados con las nuevas actividades musicales: organeros, afinadores, aderezadores, vigoleros (de vihuela), carpinteros, ebanistas, entalladores, y otros oficios. Trabajan todos ellos en la diócesis granadina y muchos se desplazan a las vecinas andaluzas de Almería, Córdoba, Guadix, Jaén, Málaga, Sevilla.
LOS ÓRGANOS GRANADINOS
Antes de entrar en las descripciones pormenorizadas en las características musicales de estos dos instrumentos (órgano del lado de la epístola, órgano del lado del evangelio) una breves y previas anotaciones: sus principios en el templo catedralicio, organero constructor, fechas, emplazamiento y decoración.
Primeros datos históricos
Está acreditada la presencia del órgano en el templo tanto en sus primeras sedes como en el edificio definitivo de 1561; ya en la erección del templo —en 1492— consta el cargo de organista; Bartolomé Alguacil, residente en la ciudad durante los años 1520-1522, es el primer constructor y afinador de órganos. Otros datos que atestiguan la antigüedad del instrumento litúrgico en la Catedral son:
- Los documentos conservados en el archivo de la Catedral demuestran la existencia de varios órganos grandes en el templo catedralicio. También se hace referencia a los órganos portátiles «órganos chiquitos», «órganos pequeños para el día del Corpus» utilizados fundamentalmente en la procesión del Corpus Christi; eran contratados entre cuatro y seis hombres para transportarlos; así nos consta desde 1521, fecha de las cuentas de fábrica más antiguas conservadas.
- También hay constancia, a partir de 1521, de la adquisición de nuevos órganos, pequeños y grandes; asimismo, de las diversas intervenciones para las labores propias de su mantenimiento: adobo, afinación, aderezo, reparaciones…
- En el acuerdo capitular del cabildo catedralicio de 16 de mayo de 1561 se señala: «El dicho día se platicó sobre el lugar a donde se pondrían los órganos grandes en la yglesia nueva y fue acordado que se pongan en el tránsito y no en la capilla porque se ocupa y están muy apartados para oyrse del choro».
Organero, fecha, características, emplazamiento
Los dos órganos actuales son obra de Leonardo Fernández Ávila terminados en 1744 (órgano del lado de la epístola) y 1749 (órgano del lado del evangelio). Son dos espléndidos instrumentos con características musicales diferentes tras intervenciones posteriores. El del lado de la epístola es un instrumento barroco y el del evangelio es romántico.
Desde mediados del siglo XVIII ocupan su actual emplazamiento sobre las bases levantadas en el XVII que flanqueaban la colocación primitiva del coro en la nave central. Las actuales tribunas para los órganos están formados por muros construidos y ornamentados en 1614 uniendo los pilares laterales de la nave central; estos pilares tienen en sus ángulos cuatro estatuas de estuco del estilo del granadino Alonso de Mena (1587-1646) de quien deben ser los demás adornos. En un informe de 1750 se dice que el primero de los órganos (lado de la epístola) es «de voces apaciblemente suaves y el segundo [lado del evangelio] tenerlos estos intensos y vigorosos, sin defecto de dulzura o melodía, cuya variedad le hace más estimable, por ser de mucho aprecio esta diversidad accidental de cualidades.»
Decoración de los órganos
Las cajas de ambos órganos —doradas y policromadas— son casi gemelas en sus respectivas fachadas y contrafachadas; su estilo es del barroco tardío o, según algunos especialistas, rococó. Sus fachadas están organizadas en cinco castillos, dos laterales, dos intermedios y el central. Las fachadas están adornadas con esculturas de angelotes músicos y un gran ángel en pie, sobre una granada abierta, tocando la trompeta corona el conjunto. El ángel que remata el órgano de la epístola nuestra una gran palma de triunfo.
La acústica del templo actúa de magnífica caja de resonancia para ambos instrumentos; no es posible su uso simultáneo en obras de repertorio para doble órgano debido a sus distintas y opuestas características musicales (armonización, afinación, timbre, estilo…).
ÓRGANO DEL LADO DE LA EPÍSTOLA
Este instrumento barroco fue construido —como ya queda indicado— por Leonardo Fernández Dávila; estuvo asistido por el mallorquín Jorge Bosch, organero de los reyes Carlos III (1759-1788) y Carlos IV(1788-1808), quien, con posterioridad hizo, entre otros, los del Palacio Real de Madrid. Aunque ha tenido diversas intervenciones posteriores —que no siempre han mantenido la composición original— conserva su esencia de órgano ibérico.
Dispone de una consola en ventana situada en la fachada con tres teclados, dispuestos en la siguiente forma: órgano mayor en el teclado superior, cadereta de eco en el teclado medio y cadereta exterior en el teclado inferior. Las teclas están realizadas en madera, recubiertas de chapas de ébano para las naturales y de marfil para las alzas. Las mazas del teclado presentan enmarcado en taracea.
Su cañutería presenta 45 tubos de flautado en fachada más la trompetería de batalla, 40 tubos de flautado y 49 clarines de atrás en contrafachada.
Fachada y contrafachada tienen gran cantidad de tubos canónigos. La trompetería exterior, aunque transformada en la actualidad, representa en su concepción original uno de los conjuntos más espectaculares pudiendo catalogarse sus juegos de timbres logrados entre los más selectos de la historia de la organería ibérica barroca.
Durante sus dos siglos largos de vida y aparte de las intervenciones habituales de mantenimiento, este órgano ha tenido reparaciones y adaptaciones varias. En la última, en 1971, por OESA, ha recuperado parcialmente su carácter barroco.
Este órgano del lado de la epístola se dedica principalmente a sus fines litúrgicos propios. Además, a frecuentes conciertos organizados por el Cabildo o por distintas organizaciones de la ciudad; incluso, por el prestigioso Festival Internacional de Música y Danza que, anualmente, se celebra en Granada.
ÓRGANO DEL LADO DEL EVANGELIO
Hermano sólo de nacimiento del órgano de la epístola fue construido también por Leonardo Fernández Dávila acabándolo en 1749 con la colaboración de un grupo de oficiales; entre ellos destacaron el ya citado Jorge Bosch y José García, bisnieto de Alejo García (fl. 1692) y último eslabón de esta gran dinastía de organeros. Este órgano —originalmente barroco ibérico— dispone de dos teclados manuales de 56 notas e incluye pedalero de 36 notas. La tubería presenta distintas calidades y ha sido armonizada en la fecha de su reconstrucción practicándosele entallas de ventanas y dientes.
A principios del XX corren aires innovadores en la música; los nuevos gustos en media Europa modernizan este órgano. Hacia 1928 sufre una primera transformación radical con la intervención del maestro organero Pedro Ghys Guillemín, con taller en Granada perdiendo algunas de sus características originales, salvo la caja y algunos juegos de tubos.
En la última intervención —OESA, 1971— se recuperan los registros originales de fachada y la trompetería. Con este instrumento se interpretan con frecuencia conciertos y permite interpretar, aunque con limitaciones, gran parte de la literatura organística del XIX y XX.
Como curioso dato final, en la celebración de la solemnidad de la Inmaculada Concepción en 1894, al encontrarse ambos órganos con la misma afinación, determina el cabildo que la misa mayor se oficie «con orquesta acompañada de los dos órganos.»