Siglo XVI: Génesis y crecimiento del archivo

La historia de España durante este siglo discurre bajo el fugaz reinado de Juana y Felipe, la regencia de Fernando el Católico a la que suceden los reinados de Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598). Lograda por los Reyes Católicos la configuración histórica de España, se aborda una doble política: reorganización interna (social e institucional) y firme expansión exterior.

El primer documento

Hacia finales de 1514 —25 de noviembre— aparece el primer documento del archivo catedralicio; es una escritura de compromiso entre el cabildo y Luis Cavero, racionero de la catedral de Ávila; mediante ella éste se obligaba a custodiar perpetuamente los títulos de propiedad.
Al mismo tiempo que comenzaba la formación del archivo, el cabildo regulaba la elaboración, redacción y puesta por escrito de la base documental para el gobierno capitular y creaba determinados cargos para su gestión administrativa y económica.

La Consueta

Desde finales de la primera década del siglo XVI se procedió a la recogida y conservación escrita de las normas establecidas desde la erección de la catedral (21.mayo.1492). Esta actividad dará lugar a un documento que regula la vida de los miembros capitulares titulado Las buenas e loables costumbres y ceremonias que se guardan en la sancta yglesia de granada y en el coro della; documento conocido brevemente como la Consueta.

Normativas complementarias

Este primer documento normativo se va ampliando paulatinamente con posteriores regulaciones generales o parciales, en particular las propuestas por los arzobispos de la diócesis; por ejemplo, Antonio de Rojas Manrique (1507-1524) —sucesor del primer arzobispo, Fray Hernando de Talavera (1493-1507)— que dictará una reglamentación conocida como Estatuto y dotación de maitines y misas del Arzobispo Don Antonio de Rojas.

Años más tarde, tras su visita pastoral a la Catedral, el arzobispo Gaspar de Ávalos (1528-1542), mediante unas Constituciones, interpreta y aclara determinados puntos de la Consueta. Continúan esta práctica de adición incorporando disposiciones sucesivas los arzobispos Pedro Guerrero (1546-1576), Pedro (Vaca) de Castro y Quiñones (1589-1610) o Felipe de Cassis y Acuña (1616-1620).

Apertura de diversos libros

Tras la puesta por escrito de la Consueta, el cabildo comenzó a ordenar la apertura de diversos libros: Libros de Habices, Libros de Fábrica, Libros de Rentas Decimales, Libros de Visita a la Sacristía, todos ellos en el año 1524, y, en el siguiente, los Libros de Tesorería.

Control del depósito documental

Esta labor de configuración de series documentales se va completando durante el siglo XVI gracias a un conjunto de actuaciones destinadas al control del uso de los documentos. La primera —(18.abril.1561), efectiva y drástica medida para preservar la integridad documental del archivo— se produce con la promulgación de una carta de excomunión del Provisor ordenando devolver todas las escrituras, libros y pertenencias de la Fábrica. A finales del siglo (1593) —la segunda medida—el archivo es incluido de forma sistemática en las visitas pastorales de los arzobispos a la Catedral.