Siglo XVIII: Nuevo impulso a la archivística

Comienza el siglo con el reinado de Felipe V (1700-enero 1724 y septiembre 1724-1746; entre enero y septiembre reina Luis I, que fallece a sus 17 años), el primer Borbón; le sucede su hijo Fernando VI (1746-1759). A su muerte, hereda la corona española su hermanastro Carlos III (1759-1788) a quien sucede su hijo Carlos IV (1788-1808).

A lo largo del siglo XVII, bajo el reformismo ilustrado de los Borbones, se despliega una doble tendencia: Los programas de reconstitución y regeneración internas bajo la dirección de las minorías ilustradas y, en política exterior, el intento de anular o contrarrestar las cláusulas del Tratado de Utrecht. Hechos puntuales de este periodo son el motín contra Esquilache (1766) y la expulsión de los jesuitas (1767).

Constitución «Maxima vigilantia»

Dos hechos contribuyen a despertar un renovado interés por los archivos eclesiásticos; de un lado, el espíritu ilustrado tan característico de este siglo; de otro, la promulgación por Benedicto XIII (1724-1730) de la Constitución Maxima vigilantia (14.junio.1727). Este documento pontificio se convierte en el pilar donde se apoya la archivística moderna; su texto consta de treinta artículos.

En su introducción, la Constitución Maxima vigilantia justifica su publicación por la falta de control en los archivos eclesiásticos, hecho que produce grandes pérdidas en sus fondos documentales históricos. A lo largo de su articulado se ocupa de diversos temas: localización de los archivos (deben instalarse en lugar noble, seguro, seco, ventilado, de buen acceso, cómodo), tipos de documentación a conservar y custodiar (escrituras vigentes, escrituras históricas), personal encargado del archivo que debían ser diligentes custodios.

Nuevo impulso a la organización del archivo

Durante este siglo hay varias intervenciones en el archivo catedralicio; gracias a ellas se da nuevo impulso a las tareas archivísticas. En las dos primeras décadas del siglo —y antes de la promulgación de la citada constitución Maxima vigilantia— el arzobispo Martín de Ascargorta (1677-1719), gran mecenas del templo catedralicio, impulsa, en 1710, la unificación de los fondos en la sala situada encima de la contaduría y encarga a Manuel Nucete de Ramos legajar los papeles del archibo, tarea a la que éste dedicó ocho años (1712-1720). Su labor fue extensa e importante concretándose en:

  • Elaboración de catálogos
  • Unificación de los fondos
  • Descripción y enlegajado de la documentación disponible
  • Recuperación de censos, memorias y derechos perdidos
  • Transcripción de escrituras antiguas para que no se ignorase su contexto
  • Ordenación de los archivos particulares de cada dependencia catedralicia…

Una compleja y esforzada labor; gracias a ella se logra articular una estructura coherente al fondo archivístico de la catedral granadina.

A mediados del siglo (1752), recibe el cabildo una carta del secretario del Consejo de Estado, José de Carvajal, en la que reconoce el trabajo de organización del archivo realizada por Marcos Domingo de Alcántara; en la misma se expresa el deseo y la necesidad de proseguir esta obra tan útil a los reinos y a la corona de su Majestad.

En 1787 vuelve a despertarse el interés del cabildo por el archivo que designa una comisión para su ordenación. Adoptando los criterios establecidos en la Maxima vigilantia, se elaboran nuevos inventarios y catálogos, se transcriben los documentos de difícil lectura; además, se establecen normas rígidas para la consulta de los fondos abriéndose un libro de préstamos.

A los claveros —custodios de las llaves— se les encargan las tareas de prestar la documentación y la obligación de informar de las faltas cometidas en contra de las normas de consulta.

Inventario de 1790

Tres años después, en 1790, la comisión elabora el inventario del archivo. Este nuevo inventario comienza con un índice alfabético de materias indicando legajo y página dentro del inventario. Sigue la descripción del fondo con gran cantidad de legajos (63) y libros de alegaciones (21). El fondo queda organizado por materias: bulas, breves, despachos apostólicos, documentación real, rentas decimales, erección de la catedral, colegios y universidad, capilla real, hospitales, fundaciones pías, santa cruzada, prebendados, documentación judicial.