Siglo XX: Resurgir del interés archivístico

Reina hasta 1931 el rey Alfonso XIII quien, el 15 de abril, abandona España. Adviene la segunda República siendo sus presidentes Niceto Alcalá Zamora (1931-1936) y Manuel Azaña Díaz (1936-1939). En 1936 comienza la guerra civil con el general Francisco Franco, que gobernará España hasta 1975, año del comienzo del reinado de Juan Carlos I, aprobándose por referéndum la nueva Constitución española en 1978. La clave sociológica para comprender el carácter moderado, pacífico, de la transición española, en el último tercio del siglo, es el gran crecimiento de las clases medias como consecuencia del enorme desarrollo de la economía española entre 1960 y 1975.

Nueva etapa de preocupación por la archivística

Contemporánea con los avatares históricos del siglo XX se abre una nueva etapa de preocupación por la archivística. En 1902 la Santa Sede auspicia la creación de nuevos instrumentos de descripción (índices, guías, inventarios, catálogos) para facilitar el estudio de los documentos. En 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV, entra en vigor, en la festividad de Pentecostés, el Codex iuris canonici; con él los archivos eclesiásticos adquieren carácter legal y en él se recoge toda la problemática archivística: personal, locales y acceso a los mismos, transferencias, instrumentos de descripción.

En esta misma línea se sitúan otras disposiciones a lo largo del siglo: Concordato de 1953, trabajos de la comisión central preparatoria del Concilio Vaticano II, disposiciones emanadas de la Conferencia Episcopal Española. La gestión del archivo catedralicio va a estar influida por todos estos acontecimientos.

En 1905 el cabildo —en sesión del 24 de noviembre— aprueba el Reglamento para la utilización de los fondos documentales. En 1919, unos años más tarde, a raíz de la visita pastoral del arzobispo José Meseguer y Costa (1905-1920), se reconoce la existencia de tres archivos que debían ser controlados y visitados:

  • Archivo histórico o archivo general. A cargo de un capitular con la obligación de informar sobre los índices que se elaboren para esclarecer los asuntos de la Iglesia.
  • Archivo administrativo o de la secretaría capitular. Ha de estar dotado de todos los instrumentos específicos de descripción necesarios para facilitar las búsquedas documentales.
  • Archivo de música. En este deben recogerse, conservarse y trasladarse todas las partituras que contribuyeran al engrandecimiento del culto; su responsable el maestro de capilla

Nuevo impulso episcopal

En 1926 realiza la visita pastoral de la catedral el arzobispo Vicente Casanova y Marzol (1921-1930). Establece que se prosiga con los trabajos que se estaban realizando sobre la ordenación e instalación de un archivo, y acerca de la clasificación, catalogación e inventario de los fondos documentales. Además, recuerda los artículos del Código de Derecho Canónico referentes a la conservación y difusión del archivo. También recomienda nombrar, mientras se provee el beneficio canonical que lleva aparejado el oficio de archivero, un encargado interino del archivo elegido de entre los canónigos. Por último, da recomendaciones para la creación de la biblioteca capitular.

En 1950 tiene lugar la visita pastoral del arzobispo Balbino Santos Olivera (1946-1953), quien insiste en la custodia y ordenación del archivo administrativo a cargo del secretario del cabildo. Entre sus diversos mandatos establece que dicho secretario debe realizar la ordenación e inventario de su archivo; en particular, debe guardar la carpeta de las comunicaciones del cabildo con el prelado y con la curia eclesiástica; además, tiene que formar un Libro resumen de residencia (recogida trimestral de la situación de cada prebendado); también debe llevar al día los inventarios de bienes (muebles e inmuebles) y de fundaciones pías. Santos Olivera encarece que no se permita la extracción de ningún documento del archivo sin la autorización del cabildo o de su presidente.

Inventario general de 1956

Tras la adaptación de los locales ocupados en la actualidad por el archivo, en febrero de 1953 el canónigo Manuel Casares Hervás inicia los trabajos de ordenación y catalogación de los fondos. Fruto de su labor, concluida en 1956, fue su obra Archivo Catedral. Inventario general donde cataloga 581 libros y 571 legajos. Esta obra es, hoy por hoy, el único instrumento de descripción del archivo de la Catedral granadina.